Al escuchar una vivencia los Cónyuges descubren diversas respuestas, de acuerdo a su propia Experiencia, pues seguramente la relacionan con algún evento conocido o personal, ( o bien, conocerlo porque le sucedió a algún pariente, vecino o compañero de trabajo) y esto les permite que durante la narración, recuerden y comparen, sus propias reacciones con las que se señalen en el relato, y también con los resultados que van presentándose en el mismo, tanto en lo personal como en el Matrimonio, y como ya cuentan con ese conocimiento que sirve de aval “por tener la experiencia” confirman de inmediato que lo relatado es verdad, y por lo tanto es creíble, pues no sienten que exista engaño, por lo que se genera una confianza que se va acrecentando con el transcurrir de los temas, hasta que la posible resistencia de alguno de los cónyuges desaparece por completo, lo que permite que surja en ellos una aceptación de las enseñanzas que se presentan de manera sutil, en cada una de las vivencias.
A partir de ese momento los cónyuges orientan su pensamiento a “los porqué” de los hechos que van escuchando, lo que les permite desarrollar juicios, y lo hacen de acuerdo a sus Valores y conforme se presenta el relato, van decidiendo lo que según ellos es correcto, y lo que no lo es, y con ello, se dicen a sí mismos, quién tiene la razón, o quién hizo bien, dónde estuvo el error, cómo se pudo evitar, etc. Y así van obteniendo las respuestas acordes a su problemática, y se sitúan simultáneamente y por propia voluntad en una posición “ideal”, donde según ellos deberían de estar, y cómo deberían atender determinados asuntos, también cómo deberían de actuar, de expresarse, de comportarse, y así repentinamente cae en su mente una serie de soluciones, que de hacerse realidad resolvería situaciones que hasta ahora no han podido resolver, lo que permite que se formen “ideales” para actuar en el futuro, y nacen intenciones de querer mejorar su situación, y que con tiempo y trabajo, esas intenciones se convierten en propósitos ya mas definidos que le dan dirección a sus acciones en el futuro y también aparece la intención de buen trato para su Cónyuge, para sus Hijos, y para su Familia en general.
Los Cónyuges descubren su responsabilidad.
Es muy importante señalar que cada Cónyuge encuentra durante el relato de la vivencia, los errores en que incurrió, y así se descubre a si mismo, sin que nadie se lo diga, o lo culpe por medio de reproches y recriminaciones, y una vez que se ha descubierto, en su interior reconoce su Responsabilidad en la problemática, y conociéndose auténticamente responsable o culpable, según sea el caso, dimensiona realmente el daño que ocasionó con sus actos, y nace en su corazón, una especie de arrepentimiento y un interés genuino por recuperar la afectación, y corresponder a los propósitos antes señalados.
Escrito por: Guillermo Navarrete Rivera D.R. 2009.